2019

Una añada de ciclo temprano

La añada 2019 comenzó con un invierno poco frío y seco . Gracias a las abundantes lluvias del 2018, la viña conservó una reserva hídrica que propició un desarrollo perfecto y homogéneo durante todo el ciclo de la vid. La brotación se anticipó, en cierta medida, debido a ese invierno templado y a las bajas precipitaciones. Asimismo, la floración llegó de forma simultánea a las distintas parcelas de Fuentene­bro . Las escasas lluvias favorecieron un perfecto estado sanitario del viñedo . El verano, seco y caluroso, supuso una prueba para las vides , que soportaron las condiciones gracias a la reserva de agua remanente. La vendimia, temprana, se desa­rrolló con normalidad; comenzó el 18 de septiembre y finalizó el 4 de octubre.

2018

Equilibrio climatológico

Climatológicamente, la añada comenzó con un invierno de lluvias abundantes y nevadas que se exten­dieron hasta entrada la primavera. Tras un 2017 extremo en lo pluviométrico, las reservas de agua se vieron recuperadas gracias a estas lluvias. A finales de abril, la brotación de la planta se generalizó en el entorno de Fuentenebro. Como es habitual en la Ribera del Duero, a mediados de mayo el riesgo de he­ ladas estuvo presente pero el viento constante de esta zona dificultó que afectara al viñedo. La primavera se alargó en el calendario ya que junio fue lluvioso y fresco; características poco habituales para este mes en la zona. El verano, seco y tardío, llegó a principios de julio. Las altas temperaturas y Las condiciones de sequedad dieron a las uvas de Fuentenebro una maduración óptima. La vendimia comenzó el 5 de octubre y finalizó el 13 del mismo mes.