Milsetentayseis: la riqueza mineral de sus suelos

Fuentenebro, al sur de la provincia de Burgos, es una de las zonas más singulares de la Ribera del Duero. Los característicos suelos de este entorno, cuyo pasado reciente se vincula a la minería, ofrecen una materia prima única en esta Denominación de Origen.

Antiguamente la empresa Silicatos Ibéricos aprovechaba la explotación minera de Aguacae para la extracción de cuarzo, montmorillonita (feldespato) y biotitas férricas (mica). Se trata de los tres componentes principales del granito que en esta zona no se llegaron a fusionar por ausencia de los fenómenos geológicos necesarios para ello. Hace décadas que la actividad se paralizó en esta mina a cielo abierto pero sus vestigios se pueden observar hoy en día en el terruño proporcionando una materia prima única a nuestros viñedos.

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El cuarzo es un mineral distintivo en la zona de Fuentenebro y una de las pocas zonas de España donde se puede encontrar. Tiene propiedades físicas que lo hacen esencial para el crecimiento de las vides. Por un lado, su estructura cristalina y su capacidad para retener calor son beneficiosas para el desarrollo de las plantas, especialmente durante las estaciones más frías. El calor acumulado en el suelo de cuarzo se libera gradualmente durante la noche, lo que protege las vides de las bajas temperaturas y las heladas tardías.

Además, el cuarzo también es un componente importante en la retención de agua. La estructura porosa del cuarzo permite que el agua se filtre y se almacene en los niveles más profundos del suelo, lo que asegura un suministro constante para las raíces de las vides. Esto es fundamental en épocas de sequía, ya que ayuda a mitigar los efectos de la falta de lluvia al mantener una reserva de agua disponible para las vides.

El feldespato es otro mineral clave en los suelos de Fuentenebro. Aporta nutrientes esenciales como el potasio, el calcio y el magnesio al suelo, los cuales ayudan a un crecimiento favorable de las vides y la maduración de las uvas. El potasio, en particular, es un nutriente elemental para el desarrollo de los racimos de uvas, ya que influye en la calidad del mosto y en la capacidad de las vides para resistir enfermedades.

La mica, por su parte, también juega un papel relevante en la viticultura de la zona. Este mineral contribuye a la estructura del suelo al mejorar su capacidad de retención de agua y su permeabilidad al aire. La presencia de mica en los suelos de Fuentenebro ayuda a evitar el encharcamiento y el exceso de humedad en las raíces de las vides, lo que previene el desarrollo de enfermedades fúngicas y promueve un entorno saludable para el crecimiento de las plantas.

Esta riqueza mineral única junto con el rojo arcilloso y el blanco de las calizas conforma el paisaje del viñedo en Fuentenebro. Solo a través del conocimiento exhaustivo de cada suelo y sus elementos podemos reflejar en cada botella la máxima expresión de este entorno único que conforma el carácter singular de nuestros vinos.